sábado, 21 de marzo de 2015

(SE BUSCA) Voluntad de servir: jornada de reflexión

Estoy desesperado.

Estamos, creo, en una situación sin salida. O, al menos, me falta gente que me convenza de lo contrario.

Estoy viendo un panorama político en España que, si bien parece que se renueva y retoma aire, viene plagado de carencias.
Un panorama político donde prima la vanidad, el querer ponerse galones, por encima de la voluntad de servir.

Me explico.

En lugar de unir fuerzas para trabajar en pos de un futuro mejor y de cuidar del pueblo, veo a partidos políticos más preocupados por que su nombre y sus caras sean conocidos por todos.
Políticos enfrentados que desean que la gente sepa que son ELLOS y nadie más los que velan por los españoles.

"Vota PP!" "Vota PSOE!" "Vota UPyD!" "Vota IU!" "Vota Podemos!" "Vota VOX!" "Vota a Rita la Cantaora!"

¿Y por qué hay que votarlos?
"Porque nosotros sí lo vamos a hacer bien"
"Porque no te puedes fiar de los demás, que son los malos"

Eso no son razones válidas, o no deberían ser las únicas razones, por lo menos.
Echo mucho en falta a un partido que simplemente se presente y diga: "Buenos días,  nos llamamos así y este es nuestro programa. Si les interesa nuestro enfoque, no dude en votarnos".
Así, sin tener que recurrir sistemáticamente a la enemistad entre partidos (fingida, porque todos sabemos que se ladran pero no se muerden, cuando no se van a tomar algo juntos y bromean entre los bastidores de este teatro irreal llamado "política") como único motivo por el cual habría que votarles a ellos y no a otros. Ese "y tú más" tan cansino al que, por desgracia, nos tienen tan acostumbrados.

En un panorama así, la política se convierte en un escenario repleto de actores más preocupados por estar bajo el foco que por hacer una interpretación magistral, frente a un público compuesto por una turba que se deleita con los intentos de actuación de mala calidad, junto con otros que suspiran preguntándose cuándo, oh, cuándo podrán ver por fin una obra de calidad.

Y estos actores no deberían olvidar qué significa ser político, y por extensión gobernante. No deberían olvidar que si están ahí es para servir al pueblo, no para defender su chiringuito particular. Y una vez en el poder, deberían recordar que no hay mejor campaña electoral que hacerlo bien de cara a su pueblo y cuidar de él. Todo lo demás es vender humo. Las promesas de regeneración democrática y compañía... No puedes regenerar algo que no ha existido. Como mucho puedes crearlo, lo cual ya está muy bien... y hasta aquí puedo leer, que si no me llaman antisistema.

Esto me lleva (aprovechando lo de "jornada de reflexión" saltando del cuchillo al rosario) a comentar a modo anecdótico algo que he oído esta semana en una de esas pseudotertúlias que nos quieren vender desde la TV española actual. Vi a un pseudotertuliano decir que lo que tenemos desde el 1978 "no es un régimen, es un sistema democrático". Querido y muy señor mío: se llame democracia, dictadura, monarquía parlamentaria o imperio, es un régimen político, ergo "la manera política en la que se gobierna un país".

Ce qu'il faut pas voir, parfois...

sábado, 10 de enero de 2015

"Non aux amalgames" vs libertad de expresión

Los recientes sucesos acaecidos en Francia me han tenido comiéndome el tarro, aunque creo que ha sido el caso para muchos.

Como suelo decir a menudo, soy una persona a la que le gusta observar a los demás, sus opiniones, etc. No me gusta guiarme por estereotipos sino por lo que veo. Y me esfuerzo por tratar de ofrecer un discurso lo más equilibrado posible.

He leído todo tipo de opiniones y el gran debate que parece ser se está planteando es el de los límites de la libertad de expresión mediante el ejemplo de la pertinencia o no de las viñetas satíricas de Charlie Hebdo.

Pues sí, me parecen más que pertinentes. Si nos reímos de unos nos reímos de todos, "o jugamos todos o rompemos la baraja".
¿O quizás deba recordar la hipocresía de tantos que en su día dijeron "a ver si te atreves ahora a parodiar a Mahoma" cuando se publicaban viñetas satíricas sobre el catolicismo y que ahora dicen que básicamente Charlie Hebdo se lo ha buscado por publicar viñetas satíricas sobre Mahoma?

Una revista satírica se ríe de todo y de todos. Si comenzamos a poner límites ya estamos hablando de censura. A las cosas, por su nombre.

Como he leído por la red en tantas ocasiones, los musulmanes tienen derecho a enfadarse y a que no les guste, y a expresar su descontento, faltaría más, pero tienen que aprender a aceptar la crítica igual que la aceptan las demás religiones.
¡Será por viñetas satíricas sobre el catolicismo, Dios santo! Y bien que se publican, aunque siempre hay algún escándalo por aquí y por allá. Si partimos de esa base, es que hay un colectivo que necesita madurar un poquito.

Igual que de nuestro lado no podemos hacer amalgamas y caer en la xenofobia, el colectivo musulmán tampoco puede limitarse a exigir sin dar nada a cambio.

Me explico, aún cuando corro el riesgo (muy a mi pesar) de caer en debates ya casi estereotipados, pero lo triste es que al final uno compara y las cuentas salen así.

Yo estoy de acuerdo con la idea de que no hay que hacer amalgamas, ¡faltaría más! Pero no basta con pedirlo, la otra parte también debe dar pasos adelante.

¿Qué quiero decir con esto?

Por, ejemplo, que no puedes pretender que se te respete cuando tú no demuestras ningún respeto por el que piensa diferentemente.
No puedes pretender que se te respete sólo porque lo has pedido cuando tú te pasas estos últimos días insultando a una comunidad que desea incluirte y protegerte de los amalgamas, desmarcándote voluntariamente en un alarde de victimismo que empieza a ser algo cansino.
No puedes pretender que se te respete cuando no haces más que pedir, sin dar nada a cambio.

Emigrar representa un contrato con el país de acogida.
Cuando emigras, tienes el DEBER (palabra por desgracia demasiado olvidada en los debates sobre derechos y límites de estos derechos) de doblegarte ante las costumbres del país al que emigras, ya que NO ESTÁS en tu tierra sino en otro país que te ha acogido, y de vivir según las reglas del país que te ha acogido, no según las de tu país de nacimiento.

Creo que ahí está el gran desequilibrio.
Por muy musulmán que seas, Francia es un país laico. Como tal, si el cristianismo es objeto de viñetas satíricas, el islam también debe serlo. Y, si la única razón para no serlo es la amenaza de atentados, entonces tenemos un problema muy serio.

Por lo tanto, no creo que sólo los occidentales debiéramos reflexionar acerca de estas cosas, el mundo islámico también debe hacerlo, y seriamente. La etiqueta de "racista" que tanto les encanta usar cuando se cuestiona su manera de hacer las cosas no sirve para todo.

Después de todo, no es como si se les estuviera prohibiendo que practiquen su fe.
Te hemos permitido practicar tu fe, tú a cambio debes aceptar que haya gente que critique tu religión igual que se nos critica y ridiculiza a los demás.

Creo que es una cuestión de equilibrio, reciprocidad y coherencia. Y también quizás de algo de madurez.

jueves, 8 de enero de 2015

Je suis Charlie... pero.

Hoy escribo en medio del torrente de opiniones que circulan por la red, algunas menos detestables que otras.

Todos conocemos los hechos, inútil es pues que los repita.

Más allá del drama humano, se levanta una serie de cuestiones (a mi parecer) vitales:

- Cuál es la mejor manera posible de reaccionar y de responder a este ataque
- Dónde están los límites de la tolerancia
- Tolerancia vs Equilibrio

Si ayer el mundo entero se alzaba en muestras de solidaridad con Francia y con musulmanes que condenaban los ataques en una muestra de compañerismo y apoyo más que loables, hoy he asistido a una serie de respuestas que podría resumir en "la cabra vuelve a tirar pa'l monte".
Primero de todo, con el hashtag #RespectForMuslims que en un principio me ha parecido excelente pese a un pequeño matiz que me ha incomodado, seguido de los devastadores #JeNeSuisPasCharlie y #JeSuisAhmed, que han confirmado mi incomodidad y la han exacerbado hasta límites bien elevados.

Y vuelvo a lo de siempre: "la cabra vuelve a tirar pa'l monte".

Me explico.

Encuentro EXCELENTE que los musulmanes de a pie se quieran distinguir de los radicales que usando la fe como excusa barata han perpetrado la barbarie acaecida en París. No todos los musulmanes son islamistas y es más que lógico y de justicia que no quieran que se les asocie con unos asesinos. Después de todo, no todos los cristianos son del Klu Klux Klan. Y esa asociación automática es un peligro que se corre ahora más que nunca.

Pero me incomoda el uso de un hashtag exclusivo para desmarcarse del resto cuando simplemente podrían condenar el atentado como los demás con el hashtag #JeSuisCharlie. Entiendo el porqué de querer dejar claro que uno no ha sido, pero a mi parecer el uso de un hashtag exclusivo de #RespectForMuslim suena a aquello de que si repites demasiadas veces que tú no has sido acaba sonando a mentira. OJO! Ni de lejos estoy insinuando que mientan, ¿eh? Pero es como si quisieran desmarcarse de una manera "made in muslim" que (probablemente sin darse ellos cuenta) en lugar de acercarles a esa comunidad que duda de ellos, en realidad, les está alejando aún más.

En suma, yo soy más partidario del #RespectForEveryone. Todos. Cristianos, musulmanes, judíos, budistas, shintoístas, paganos, etc. Todos deberíamos condenar la barbarie y pedir respeto para todos.

Ahora mismo, el aislarse en la propia comunidad sin unirse al resto para reivindicar es, creo, lo menos productivo que se puede hacer.

Y de ahí pasamos al #JeNeSuisPasCharlie.
Utiliza ese hashtag, por lo que he visto, gente (bastante hipócrita) que vagamente condena el asesinato mientras, a la vez, lo medio justifican alegando que "quien siembra vientos cosecha tempestades", que si te ríes de la fe luego no te extrañes de que te ataquen.
Primero de todo, no creo que Charlie Hebdo se mofara de ninguna creencia.
Lejos de eso.
Charlie Hebdo se mofaba de todos los mongolos que, enarbolando la bandera de la creencia, perpetran actos de barbarie como el ocurrido en París ayer.
Además, ¿cómo va a promover Charlie Hebdo la islamofobia (como tanto les gusta alegar a estos ahora) cuando ellos mismos se han metido con Houellebecq que justamente ha escrito una novela donde, en el futuro, estamos invadidos por el Islam? ¡Coherencia, señores, coherencia!
¡Justamente eso es una revista satírica: meterse con todo y con todos!

Algunos de los que usan el hashtag #JeNeSuisPasCharlie usan además el hashtag #JeSuisAhmed en referencia al policía (musulmán también) al que hirieron y remataron los descerebrados que llevaron a cabo el ataque a Charlie Hebdo.

De nuevo, "la cabra vuelve a tirar pa'l monte". "Porque yo no me identifico con los dibujantes *occidentales*, ya que se mofaban de mi profeta, yo me identifico con el *musulmán* que murió defendiéndoles". Llega la hora, señores, de llamar a las cosas por su nombre y de ser un poquito coherentes.
Creo que la cosa ya va más allá del respeto o no al Islam. Ya es algo que se viene viendo en distintos lugares del mundo: el odio (o simplemente la intolerancia, que no siempre es lo mismo) al/a lo occidental.
Aquí podríamos meternos en que si guerras o no guerras, pero aquí, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra (*se escuda tras una pared frente al aluvión de piedras que seguro llovería*). Fíjense, si no, en el nombre de aquél grupo, "Boko Haram", el que secuestró a aquellas niñas: "la educación occidental está prohibida".

Yo he vivido 5 años en Francia. Y soy una persona a la que le gusta fijarse en la gente cuando va por la calle. Además, he convivido con una persona de orígen y cultura marroquíes durante 10 años. Y, pese a que por descontado hay personas muy, muy amables, educadas y respetuosas entre las personas de origen árabe, lo que he visto demasiado a menudo es a personas árabes de todas las edades en una actitud irrespetuosa y a la defensiva, negándose terminantemente a integrarse en el país de acogida, aferrándose a sus derechos como a un clavo ardiente pero haciendo caso omiso de sus deberes como ciudadanos en un país de acogida.
Personas que, conmigo, que también he sido inmigrante esos 5 años, se han mostrado la mar de desagradables y que se han incluso mofado de mí por hablar en castellano con una amiga que también había venido a vivir a Francia, cuando ellos a menudo en los colegios tienen que hacer de intérpretes con los profesores ya que los padres no hablan otra cosa que árabe.
Señores, en Francia no se pueden quejar. Disponen de ayudas de todo tipo que, para ser sinceros, deberían de estar al alcance de todo el mundo en todos los países y no deberían ni ser especiales, sino elementales y habituales para los más desfavorecidos.
Son los primeros en saltar cuando se tocan sus derechos, pero los últimos en cuanto a su deber de integrarse en el país que les acoge. Aunque tampoco son ni serán el único colectivo que no lo hace.

Aquí entro en lo de tolerancia versus equilibrio.
Yo estoy al 100% de acuerdo con ser tolerante, siempre y cuando se sea tolerante conmigo y exista una reciprocidad en los actos.
Siempre queda genial echar babas en cara y decir "la culpa es del otro", pero al final franceses y árabes conviven en un mismo país y ambos deben dar pasos adelante para lograr un entendimiento común.
Aislarse y decir "condeno los atentados de una forma que no me asocia con el resto de los franceses" definitivamente no es uno de esos pasos, ya que el propio francés ya andaba diciendo anoche lo de "non aux amalgames". ¡Únete a ellos, leñe, seamos todos una piña, defendiendo la libertad de expresión, en lugar de barrer tanto para casa! ¡Prefiero mil veces a la señora con el velo que colgaba anoche una pancarta que rezaba "Touche pas à ma France" ("No toques a mi Francia")!!!

Además, la última vez que me fijé, también se metieron los de Charlie Hebdo con el cristianismo.
Entonces, si unos aceptan la crítica y otros sienten la imperiosa necesidad de matar por no aceptarla, es que uno de los dos tiene un problema y necesita crecer.

Tal y como he oído hoy, la tolerancia no es tolerar que te digan guapo, sino tolerar también que se mofen de ti. Nos encanta ver los derechos y nunca los deberes.

Así que, por favor, seamos todos Charlie, defendamos la libertad de expresión y el humor en un mundo tan loco y tan serio donde algunos matan para demostrar lo "fieles" que son.

Como también he leído hoy por Twitter, la única religión de la cual deberíamos ser todos fanáticos tendría que ser el amor, la risa y el cariño hacia los demás.

Yo soy Charlie, soy Ahmed y soy Clarisse, soy todos los que han muerto innecesariamente.

Soy humano.

jueves, 1 de enero de 2015

José Mota: ¡Sí! ... Pero...

Feliz año nuevo a tod@s!

Hoy quiero hablar del especial de José Mota.

Comenzaré dejando claro que en casa somos todos unos incondicionales de José Mota, nos hemos reído con Cruz y Raya desde que tengo memoria (soy del 89) y con sus programas en solitario, y muy a menudo nos pillaréis a mis padres y a mí soltar un "amos, amos, quién intenta?" o un "no cuentes tú ná, que ya lo cuento yo".

Anoche comenzamos a ver el programa con mucho entusiasmo y ganas de reírnos, y la verdad es que llegué a desternillarme con lo de los "Ocho Apellidos Payos"... hasta que...
Comencé a ver ciertas cosas que me incomodaron en gran medida, y aún hoy no tengo claro si es que soy yo que estoy analizando en exceso, viendo cosas donde no las hay... o si es que media España se ha perdido la película.

Sabéis qué pasa? Que a mí me han educado a la francesa, y siempre, siempre me han enseñado a ir más allá de lo que veo, a analizarlo todo con lupa. Y en un medio como la televisión donde abunda la manipulación (rima y todo!) hay que andarse con cien ojos.

Me explico.

Cuando mi risa se fue haciendo menos fuerte fue con la imitación de "Al Rojo Vivo". Comencé el sketch riéndome de la imitación acertada de un Antonio García Ferreras obsesionado con la última hora... hasta que vi cómo este Antonio García Ferreras de parodia, en esencia, estaba dispuesto a inventarse/provocar una noticia con tal de hablar de algo.

El sketch del McDonalds me tuvo riendo hasta que oí el comentario de "ya tenemos el partido perfecto", referencia más que evidente a Podemos con unas palabras que es muy fácil imaginarse saliendo de la boca de alguien afín a la derecha más rancia.

Luego está el sketch del político corrupto y del periodista dispuesto a exagerar la realidad para provocar crispación. "No dejes que la realidad te estropee una noticia". Aquí me empecé a preocupar en serio, desorientado como estaba.

Luego estaba la caricatura (acertada a medias) de un PSOE desesperado por recuperar votos y dispuesto a pactar con/imitar a Podemos. Sí que me encantó, no obstante, el supuesto lapsus "Alfredo... digo, Pedro".

Y no fue hasta el final que vi que Rajoy sólo salió una vez y que el resto de la parodia fue centrándose en PSOE/Podemos.
Me sentí muy descolocado, ya que estas parodias de intención tan dudosa iban acompañadas de otras geniales como la de la Ruleta de las Pensiones.
Y todo para acabar con un "Always look on the bright side of life" BIS haciendo, a mi humilde parecer, una vez más apología al inmovilismo (o quizás riéndose de él? Yo ya no sé nada) tan característico del español.

Y cuán grande fue mi asombro al ver que, frente a mi escepticismo, el resto de España comentaba el valor de José Mota a la hora de "hacer tanta crítica" y se sorprendía de que TVE le hubiera permitido hacer ese programa. Yo me preguntaba en serio si es que había sobreanalizado las cosas o si es que media España se había perdido la película.

Y si a eso le añadimos las campanadas con sabor a rancio/a dictadura (sólo curran los militares y los misioneros en este país? Y los médicos y enfermeros qué?), acabé seriamente desorientado.

Entonces, ahí lo dejo, queriendo creer de corazón que todo esto no era lo que José Mota quería que entendiéramos. Triste país el nuestro si fuera lo contrario, no?

Sin más, le envío un gran saludo y abrazo a José Mota, a quien, a pesar de todo, sigo admirando como humorista. :)

sábado, 13 de diciembre de 2014

Patriotismo

¡Ya estoy aquí para despotricar un rato más!

Hoy hablaré del tema Marc Márquez y compañía.

He oído de todo acerca del tema, y más aún viviendo en Andorra, donde piensa residir el piloto en cuestión.
Desde España veo que muchos nos piden que le dejemos tranquilo y le dan la razón, alegando que con lo que se cobra de impuestos ellos también se vendrían a vivir y a tributar a Andorra o a Suiza.
Desde Andorra, más de lo mismo, alegando que parece que nos moleste que vengan deportistas de élite a residir en el Principado.

Me parece una posición extremadamente antipatriótica. 

Sería inútil acusarme de comunista con esto que diré, puesto que el patriotismo, la última vez que me fijé, era una virtud ampliamente valorada por la derecha más rancia y casposa.

Aquí vuelvo a lo de siempre: no es lo mismo envolverse en una bandera (id est "ser un patriotero") que amar a un país (id est "ser un patriota").

Puedo llegar a comprender (aunque a mí personalmente me repugna) que uno se sienta realizado al envolverse en una bandera, levantar manos derechas hacia un aguilucho, cantar el "Cara al Sol" y sentirse orgulloso de ser de un país, pero eso no es ni de lejos ser un patriota. Eso es ser un fantasma.

Patriota es el que tributa en su propio país y pone su riqueza al servicio del resto de la población que no puede contribuir tanto como él, para construir juntos un futuro agradable para todos, no el que se larga a tributar menos a otro país y es del suyo cuando le toca (id est durante las competiciones deportivas).
Patriota es el que pone orden en un sistema tributario repleto de trampas y amaños diseñado para que los ricos no paguen nada y los pobres todo el resto.
Patriota es el que consigue que quien gane más contribuya más, el que logra que todos demos algo nuestro para alcanzar un futuro que sea nuestro, de todos, puesto que esa es la finalidad de las arcas del Estado.

No es cuestión de ser capitalistas o comunistas, es cuestión de tener sentido común: decía mi abuela que "donde se saca y no se le mete pronto se le ve el fondo". Más simple, imposible.

¿Y quién sabe? Quizás no haría falta subir impuestos si cada uno tributara realmente de acuerdo a sus posibilidades en lugar de trampear para no pagar o mangar dinero de las arcas públicas y que luego queden agujeros e impagos.

Por eso, muy mal hecho, Marc Márquez, Arancha Sánchez-Vicario y compañía. Si sois de España, tributad en España y trabajad en España. Pero si vais a tributar fuera, no volváis, haceros de allí y trabajad allí.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Atavismo, corrupción, hipocresía y masoquismo

Ah, la corrupcion...

Esa enfermedad que "afecta sólo a unos pocos", el ébola de la política, por llamarlo de algún modo.

Prefiero mil veces la apelación de "gangrena de la sociedad", pero la auténtica manera, creo, de llamar a esto es "farsa". Una enorme farsa.

Una farsa que, parece ser, nos da absolutamente igual.

Este mediodía he oído a un tertuliano introducir un elemento la mar de interesante: sólo se ha denunciado la corrupción al estar el populacho en situación de pobreza.
Eso querría decir que toleramos la corrupción tanto tiempo como nos beneficie. De ahí que haya usado la palabra "atavismo" en el título, de la cual el diccionario de la RAE da unas definiciones muuuuuuuy interesantes que le van como anillo al dedo a "esta España mía, esta España nuestra":

1. Semejanza con los abuelos o antepasados lejanos
2. Tendencia a imitar o a mantener formas de vida, costumbres, etc., arcaicas.
3. Reaparición en los seres vivos de caracteres propios de sus ascendientes más o menos remotos.

Dicho de otro modo, "la cabra siempre tira p'al monte". Volvemos también al apelativo de "gangrena", porque serlo, lo es.
Es de una hipocresía magna pretender acabar con la corrupción cuando todos nos hemos vendido en un momento u otro. Es aquello del que ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el suyo propio.

¿Quiere decir esto que no hay que acabar con la corrupción? Por supuesto que no.
Pero, ¿somos capaces? Ni en nuestros sueños más delirantes. ¿Y por qué?
Echemos la vista atrás.

Por ejemplo, vayámonos a Cádiz, cuyas chirigotas nos hacen reír cada año.
Sieeeeempre se meten con la tal Teófila Martínez. ¿La han sacado del poder? No.

Vayamos ahora a Valencia, con los Fabra, la Rita Barberà y compañía.
¿Los han sacado del poder? No.

¿Y por qué no? Mi país, Andorra, es un país pequeño que, por desgracia, se inspira de España para todo, así que puedo imaginarme perfectamente por qué: "fulanito de tal me ha prometido un puesto de trabajo en tal sitio, así que le votaré, no sea que", "con lo que me ha ayudado menganito, mejor lo voto, no sea que".

Por eso digo: es imposible erradicar esto porque el que más, el que menos, está metido en un chanchullo de esta índole. "Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer", ¿no?

Podría extenderme y hablar de la apatía general del pueblo español, que se deja robar, engañar, defraudar, mentir, ridiculizar, juzgar y enjaular por una clase política a la que además aplaude. Somos el perfecto ejemplo del masoquismo, pero no os preocupéis: parece ser cosa del Mediterráneo o del sur de Europa: mirad si no Portugal, Italia y Grecia.
Parece ser que el clima nos hace dóciles, ingenuos, apáticos.
Como siempre, para encontrar señales de vida inteligente, hay que ir al norte de Europa.
Sí, a todos esos "guiris" de los cuales nos reímos como buenos mongolos. "El burro hablando de orejas", como se suele decir.

No sé, quizás el frío despierte más a la gente y el calor la adormezca.

Porque, si no, no me explico cómo el pueblo no ha salido a la calle y acabado con toda esta farsa a la cual encima tienen la desfachatez de llamar "democracia", como si lo fuera...

Anécdota curiosa: hace unos años, cuando cursaba mi año fallido de física en Francia (sí, ese país del que taaaaaaanto nos reímos, pero donde una matrícula te cuesta unos 400/500€ frente a los 1000/2000€ de España y donde te conceden ayudas mensuales para pagar el alquiler del piso), como estaba completamente adormecido en clase de física (¡dar clase de física a las 7:45 de la mañana, me perdonaréis, es un crímen se mire como se mire!), me puse a escribir una serie de frases que, a mi parecer, no tenían sentido, para echarme unas carcajadas silenciosas y amenizar la aburridísima clase.
Entre esas frases venía la siguiente: "¡El mundo se acaba! ¡Y yo con estos pelos! Pero no importa, ¡tengo vainilla en el congelador!".
No pensé que unos años más tarde esta frase acabaría adquiriendo tanto significado y describiendo a la perfección nuestra sociedad actual...

¿Qué solución queda, pues? Marcharse, diría yo, porque este país no ha tenido nunca remedio, no lo tiene ahora y no lo tendrá nunca. El día en que este país asombre al mundo por su inteligencia, dejará de llamarse "España".


viernes, 28 de noviembre de 2014

Podríamos (posible parte 1)

Je suis de retour! ("... Pour vous jouer un mauvais tour!", como dirían los Team Rocket franceses XDXD)

¡Ya vuelvo a estar aquí con mi descontento permanente y mi verborrea característica!
¿Qué queréis? Esas cosas tiene el paro.

Vengo a añadir mi voz a todo este revuelo que está provocando Podemos en la escena política.
Y lo veo todo como observador externo, desde Andorra como bien sabéis (o no sabéis, pero ahora lo sabéis si no lo sabíais).

De ellos se ha dicho de todo: marxistas, comunistas, bolivarianos, filoetarras, antisistema, utopistas, populistas, demagogos...
Mucha gente les tiene miedo, tiene miedo al eterno coco comunista (¡bonita aliteración!).

Yo voy a dar mi humilde opinión al respecto.

No me parece justa la doble vara de medir que se les está aplicando. Y me parece que la cosa va mucho más allá de si lo que ellos proponen es realizable o no, hay muchos más elementos y matices por analizar.

A mí lo que me da miedo es que se diga que es una blasfemia garantizar un sueldo mínimo a todo el mundo, adelantar la edad de jubilación, y negarse a que el pueblo pague una deuda que no ha contraído.

A mí eso es lo que me da mucho miedo, no Podemos y su programa.

Porque eso quiere decir que estamos a favor de ser unas marionetas de los mercados.
Porque eso quiere decir que se pone al capital por encima de las personas que lo generan.

Los economistas ponen el grito en el cielo (y el elemento más esperpéntico de ello es el señor José Carlos Díez, que me ha caído a los pies en cuantísimo le ha venido esa fijación obsesiva que tiene con Podemos).
¡¡¡POR SUPUESTO QUE LOS ECONOMISTAS PONEN EL GRITO EN EL CIELO!!!
Vamos a ver, os voy a dar la noticia del día: ¿de qué corriente económica son los economistaaaaaaaaas?
¡¡¡Capitalistas!!! ¡¡¡POR SUPUESTÍSIMO, entonces, que van a poner el grito en el cielo; y el que piense lo contrario es un ingenuo sin esperanza!!!

¡Aquí cada uno quiere defender su chiringuito, así que POR SUPUESTO que se ponen a temblar!
¡Por supuesto que da miedo que venga alguien y te cierre el grifo de donde manaban comisiones, especulaciones, concesiones a puerta cerrada, corrupción y otros escándalos!
¡Por supuesto que da miedo que venga alguien a meter orden! ¡NO QUIEREN que se meta ese orden!

Porque, claro, entonces dejo de ganar pasta, y si dejo de ganar pasta, pues caca.

Y luego llega lo de la deuda. Creo recordar que Podemos usa la metáfora de lo del bar, ¿no? La de que si tú te tomas un café y llega otro al lado y se toma un gin tonic, tú no tienes por qué pagar el gin tonic del vecino. Ahí estoy de acuerdo. ¿Por qué tendría el pueblo que pagar los excesos de unas cajas de ahorros que han jugado con nuestro dinero para hacer negocios sucios y encima idiotas, puesto que han tenido que ser rescatadas?

Ya, pero y si no pagas esa parte de la deuda, ¿qué?
Mirusté, que cada uno pague lo que le corresponde.
La parte de la deuda que sea del pueblo, como es lícito, que la pague el pueblo.
Pero la que sea de los bancos, que la paguen los bancos.
Miren ustedes a Islandia (cómo no, hay que irse al Norte para encontrar señales de vida inteligentes... et TOC!): tan mal no les va, ¿no?

Ah, claro, pero es que si aprietas, luego los bancos se largan.
¿Y qué hacemos, callar y dejárnosla meter por el c***? ¡Qué valientes!
Ah, no, ya, es que si nacionalizas y sometes a reglas, ya, caca, eres un marxista de mierda proteccionista y vas a llevar al país a la ruina.

¡Bueno, señores, no soy un lumbreras, pero lo del "laissez faire, laissez passer", ya están viendo ustedes que... bien, bien lo que se dice bien... no ha ido! ¡Hombre, pa' los bancos, pojlaro, forrándose a costa de los ahorros del pueblo llano, bien sûr! Algo habrá que hacer, ¿no?

Hay que dejar a un lado ya la hipocresía que reina en el ambiente, donde el capitalismo más desenfrenado es el cielo y las normas el infierno comunista más absoluto.
Capitalismo, je veux bien, pero con normas. Porque eso de que, con tal de ganar pasta, todos los medios son buenos, ehem... no comulgo tanto.

Hay que tener en cuenta a quien genera toda esa riqueza: el pueblo.
Ese pueblo que se levanta temprano para ir a las fábricas (los dichosos que pueden, por desgracia), a los hoteles, a los bares, a los restaurantes, a la obra, a mil y un puestos de trabajo diferentes para que la economía funcione.
Pero estaremos de acuerdo que no puedes hacer funcionar una máquina que se basa en que el populacho consuma despiadadamente... si a ese populacho le cierras el grifo de la pasta. Sin pasta, no hay compras.
Sin compras no hay ganancias. Alors, à vous de voir, messieurs-dames! Es de cajón y no hace falta ser un catedrático en economía pa' entenderlo.

Y te dirán: ¿de dónde sacas el dinero para financiar todo eso, listillo?
¡Pues mira, intento nº1: no gastes un dinero que no tienes y verás como no te endeudas! Tomen nota de ello todos esos artífices de aeropuertos vacíos y demás boberías ingeniadas por la mente española.
¡Intento nº2: recorte bestial en sueldazos y comisiones de banqueros, empresarios, políticos y un laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargo ETC que lleva mucho tiempo "cobrando por encima de sus posibilidades", verás cómo te queda un pelín de pasta!
¡Intento nº3: haz que todos esos corruptos devuelvan lo que se han llevado, que con todos los que son y los que quedan por ser, te saldrá pasta hasta de debajo de las piedras!

¡Huy, señores, las posibilidades son numerosas! Falta el coraje de aplicarlas. Los huevos, hablando en plata.

¡Por eso, ya que Podemos, también Podríamos, oigan!

Podríamos... dejarnos de tantas leches y tanto miedo.
Podríamos... dejarnos de pseudodebates predecibles "rojos vs fachas".
Podríamos... dejarnos de hipocresía.
Podríamos... dejarnos de Adanes y Evas, y de Grandes Hermanos, y ponernos a currar.
Podríamos... pero no queremos.

De modo que queramos poder. Deberíamos querer poder. Y poder, señores... Podemos. 

Así que Podamos.